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       Sangre de nuevo en  el País

Danilo Correa  |  26 de agosto de 2015 (07:02 h.)

Danilo Correa

 

 

 

 

 

 

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El Poder Ejecutivo, el lunes 3 de agosto, con el decreto 234-15, Artículo 1, destituyó al jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo. Porque la mazamorra del crimen había secuestrado su ´´enérgico ´´poder

 

 designo como nuevo jefe de esa institución del orden público, al mayor general de brigada Nelson Peguero Paredes, quien fue ascendido a mayor general transitorio. Y el calendario sigue igual

 

 Los delincuentes mantienen a los habitantes de la Republica Dominicana, en un  brutal toque de queda, no pasa un segundo que no se reporten atracos y asaltos, es decir, la situación nuestra está dando temor hasta de vivir. Sospecho que los políticos llegan al gobierno de manera improvisados, sin programas para gobernar en nombre de la Paz

 

Pero el clima de corrupción y violencia que estremece el Sagrado Corazón de Jesús, no da tregua,se burla de ese decreto anti ruido.

 

Lo más pecaminoso es que  limpian sus manos empapadas de sangre inocente, con  la falda de los tribunales judiciales. Y que siga el entierro…

A esta indefensa población de tontos útiles, solo la usan y son importantes, para llevarla al matadero electoral (Juan Bosch)

 

Mas sin embargo, la Patria violada en su parte más íntima, sigue pidiendo auxilio, se ahoga en este mar sangriento de silencio estatal, resulta que nadie escucha

La policía y demás instituciones civiles y militares, están podridas, necesitan de verdad ser intervenidas por la calma e iniciar un proceso de alfabetización ciudadana, donde se le enseñe la fe cristiana, desintoxicarla del veneno de la corrupción y la ira. Fomentar el amor a la paz, ya que los valores humanos, también lo han desangrado…Trabajemos de verdad por la Patria

 

Por Dios, no podemos seguir cubriéndonos con  esta bandera rota, parece que vivimos en Transilvania, éste es un paragua tenebroso e inestable. Esta subdesarrollada democracia no contempla, como focalizar programas donde progrese el respeto a la vida.

 

En la madrugada del viernes 21 de este mes, fue asesinada  la joven Franchesca Lugo Miranda, de 19 años, profesional  de la locución y estudiante de Comunicación Social, quien recibió un disparo en el pecho, durante un intento de asalto, por delincuentes uniformados de violencia.

 

La tragedia se produjo en momento que la joven, su novio y otros amigos se desplazaban en su vehículo para llegar a casa, luego de cumplir con una faena laboral.

 

Sorpresa, fueron interceptados por otro vehículo ocupado por integrantes de una banda de malhechores, conformadas por miembros de la Policía Nacional, un ex militar y otros civiles. Los principales zopilotes, fueron apresados según  la policía en su reporte  de investigación.

 

Lo que pasa que con alegres decretos y manos duras, no se resuelven los problemas nacionales. El viejo código, de ojo por ojo y diente por diente, solo sirve para poner parcho al flujo sanguíneo del alma nacional. Así no mi general

 

No es con temblorosos discursos, de promesas desafiando  los tentáculos de la delincuencia, que se aporta al rescate de la tranquilidad, ahí está la historia, este  tipo de parasito en su mayoría proceden de las filas de esa institución del ´´orden público´´, así  lo ha revelado  esa vieja institución en otras circunstancias

 

No  pasa un día, sin que la sangre toque la puerta de un hogar. Ahora  el gobierno todo lo resuelve con pésame y decreto.

Este  jefe de la policía, no tiene en el cargo un mes, y la sociedad dominicana se debate como de costumbre entre el miedo y la sangre. Sobre la población pende  un hito de paranoia.

 

De nuevo sangre. El crimen reciente de Franchesca Lugo, y otros tantos que no se resaltan en la opinión pública, así como  los movimientos huelgaríos  en hospitales públicos de la capital y provincias, entre otros reclamos, agrietan de una manera u otra la reelección  del presidente Danilo Medina. Hombre mudo y frio, ante el dolor y  muerte de sus habitantes.

 

 La delincuencia es más fuerte que el poder gubernamental, este controla y decide quien vive.

Basta ya de sangre y cadáveres en el pavimento humilde del horizonte de los hogares dominicanos, las autoridades tienen que buscarle una salida inteligente a esta ola corrupta y delincuencial.

 

Ya es hora de empezar, desde que el cadáver deja de heder, se apaga el interés y entusiasmo por encender la tea de la paz. Ni un paso atrás, señor presidente

Estamos frustrados y nerviosos de ver como lentamente el Congreso, el Tren judicial y los cuerpos de defensa a la ciudadanía (El Estado), tienden a desaparecer de hecho, al ver y sentir que un gran pedazo de la humanidad se nos está pudriendo de hambre y fusilado en las calles democráticas, por incontrolables de la violencia y la corrupción. Al cometer atracos y asaltos sin temor a un rígido juicio.

 

No  es correcto emular el pasado, estas acciones criminales a veces son vistas desde lo alto del poder como  un lamentable caso más. Y que siga la caravana

 

Este súper general parece un actor, tiene todo este tiempo explicándole sin apuro a un pueblo que respira por las heridas, lo que piensa hacer, pero no arranca, sin  embargo, los vampiros están en la azotea de su altar,usted solo no puede empujarlo frente al Sol.

 

El dialogo y resolución, como salida a esta malvada pesadilla, no descansa nada más sobre los hombros de este nuevo Jefe de la Policía Nacional y  demás cuerpos represivos, sino también de empresarios, intelectuales, jóvenes, partidos políticos, integrantes de los Derechos Humanos, es decir, donde  este representado el Estado,

 

También la asistencia solidaria de  embajadas e instituciones que hacen vidas comunitarias y sociales con nosotros, y que son víctimas de este virtual toque de queda Implementado por la inseguridad ciudadana que nos arropa.

                                         ¿Si  nadie tira el primer párrafo?

                                            ¿Quién será la próxima víctima…?

 Así como  también pedir  a la familia, organizar  cadenas de oraciones, con la intención de evitar  que se derrame  una gota más de sangre, en la cruz blanca de la  Bandera Nacional. La Patria se nos desmaya en el cadáver de la Paz.

                                                ¡No más sangre en el País!    

 

El autor es periodista